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Mucha pasión, esfuerzo e ilusión en un proyecto que este otoño dio sus primeros frutos: 2000 kg. de manzanas. Con Antonio Tartaglione hablamos para que nos cuente más de su trabajo. «Comenzamos hace un año con la plantación de 3 has de manzana y 1 ha de aguacate. Este año ya ampliamos a 8 has de manzana y 2 has de aguacate».
¿Qué variedades de manzana cultiváis? Nuestra producción mayoritaria es manzana para sidra que vendemos a Estrella Galicia. Están haciendo una apuesta muy fuerte por la producción de sidra de manzana gallega. Su marca es Maeloc, que exportan a los países anglosajones principalmente. El resto de manzana de mesa que tenemos por ahora comercializamos por las tiendas cercanas. Son variedades de origen asturiana «Xoanina», «Regona», «Florina», «Raxao», «De La Riega». Pero estamos comenzando a hacer la recuperación y clasificación de variedades autóctonas del Baixo Miño, ya que Estrella Galicia no sólo quiere hacer sidra con manzanas cosechadas en Galicia, sino con variedades gallegas, incluso poder llegar a hacer monovarietales.
El cultivo de aguacate es nuevo en nuestra zona, ¿cómo surge la idea? Queremos ser los pioneros en Galicia en este cultivo. El consumo del aguacate está en boga y en el mercado tenemos mucho producto foráneo pero no existe plantación en Galicia. A nivel particular, en el Baixo Miño es muy habitual ver aguacates en las casas, pero nunca se le dio valor. Nosotros estamos probando cómo se comporta el cultivo en nuestro clima atlántico y tierra ácida. Plantamos varias variedades («Hass», «Bacon») y obtendremos los primeros frutos en 2 o 3 años, estamos estudiando como evolucionan. Vivimos un momento de experimentación que me recuerda a lo que sucedió aquí con el kiwi cuando era un cultivo nuevo. La comercialización del aguacate la haremos a través de la empresa Kiwi Ibérico, que también tienen plantaciones en Abegondo (A Coruña) y en Portugal.
¿Cuáles son los principales impedimentos que os encontrasteis para iniciar la actividad? La falta de tierra y la ausencia de ayudas de la administración. Actualmente estamos en unas tierras en régimen de alquiler pero ya tenemos necesidad de ampliación y tenemos dificultades de disponibilidad. La tierra está abandonada y hay actividades agrícolas como la nuestra, frenadas, por una gestión ineficaz de las tierras. En cuanto a las ayudas de la administración pública resulta muy frustrante que tengas un proyecto con un plan de viabilidad empresarial correcto, una plantación real hecha, y que te pongan requisitos de nivel de ingresos de la actividad imposibles de cumplir para poder acceder a las ayudas. La nuestra es una actividad de fruticultura, la inversión inicial no se recupera hasta años después porque los árboles no van a dar fruto al instante. El nuestro es un proyecto de desarrollo agrícola rural y las necesidades de financiación son importantes en el inicio de la actividad.